«Moscú observa con preocupación los acontecimientos trágicos en la República de Corea», dijo la portavoz de la institución, María Zajárova, en una comparecencia ante la prensa, añadiendo que «esperamos que no afecte la situación en la península».
La funcionaria subrayó que los actos provocadores de Estados Unidos y sus aliados ya han deteriorado bastante la situación en esa región.
El martes el presidente de Corea del Sur, Yoon Suk Yeol, decretó la ley marcial en el país para evitar ser destituido y acusó a la oposición de simpatizar supuestamente con la República Popular Democrática de Corea.
El mandatario cerró el Parlamento, prohibió las actividades de los partidos políticos y puso los medios de comunicación bajo control de los militares.
El principal líder opositor surcoreano, Lee Jae Myung, del Partido Democrático, calificó de «inconstitucional» la decisión de Yoon Suk Yeol y advirtió que la medida convertiría a Corea del Sur de «un estado gobernado por fiscales en un país gobernado por el Ejército».
Posteriormente, la mayoría de los diputados lograron entrar en el edificio del Parlamento y votaron a favor del levantamiento de la ley marcial, que finalmente Yoon tuvo que aceptar.
El Partido Democrático prometió iniciar un proceso para la destitución del presidente Yoon, si no presentaba su dimisión.
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