Una nota divulgada por la oficina de prensa de ese organismo internacional señala que, con esos fondos, “casi 49 millones de personas podrían producir sus propios alimentos y salir de la inseguridad alimentaria aguda”.
En el llamamiento se señala que el número de personas en condiciones de hambre catastróficas, en la fase cinco de la Clasificación Integrada de la Fase de Seguridad Alimentaria (CIF), pasó de 705 mil personas en cinco países/territorios en 2023, a 1,9 millones a mediados de 2024, en Gaza, Haití, Malí, Sudán del Sur y el Sudán.
Por otra parte, según refiere el documento, a nivel mundial el futuro inmediato es profundamente preocupante, y no hay señales de que los principales factores que provocan el hambre aguda, como conflictos, extremos climáticos y crisis económicas, vayan a disminuir en 2025.
Beth Bechdol, directora general adjunta de la FAO, expresó al respecto que “la asistencia agrícola de emergencia es un salvavidas y ofrece una vía para salir del hambre, incluso en medio de la violencia y las crisis climáticas”.
Esa ayuda, según dijo “tiene efectos que salvan vidas en las poblaciones vulnerables, permitiéndoles seguir produciendo alimentos localmente para alimentarse a sí mismos, a sus familias y a sus comunidades”.
“Sin embargo, estamos viendo lagunas importantes en la financiación de este tipo de intervenciones”, mientras “con demasiada frecuencia, sólo una fracción de la ayuda humanitaria para las crisis se asigna a proteger los medios de vida agrícolas”, lamentó Bechdol.
En 2024, la FAO solicitó mil 800 millones de dólares en el marco de sus planes de respuesta humanitaria, para llegar a 43 millones de personas con una gama de asistencia agrícola.
Sin embargo, solo se recibió el 22 por ciento de esos fondos, pese a lo cual a mediados de este año había llegado a aproximadamente 20 millones de personas en países en crisis, con combinaciones de asistencia de emergencia y resiliencia, precisa el reporte.
Desde el pico de las asignaciones humanitarias en 2022, se aprecia una disminución constante de los fondos disponibles, y los destinados al sector alimentario experimentaron una reducción del 30 por ciento.
“A menos que se pongan a disposición los recursos necesarios, la FAO advierte que se perderán vidas y se revertirán los avances en materia de desarrollo obtenidos con tanto esfuerzo, y más personas caerán en el hambre aguda, un precio demasiado alto para pagar”, agrega la fuente.
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