La proscripción fue noticia el pasado 8 de noviembre, cuando el presidente de Filipinas, Ferdinand Marcos Jr., la oficializó y ordenó a los casinos en línea que cerraran sus operaciones antes del 31 de diciembre del presente año.
Pese a aportar millones de dólares a la economía, el gobierno basó la decisión en numerosas polémicas y escándalos internacionales relacionados con estas instituciones, que han servido al lavado de dinero y no pocas personas se han quejado de ser víctimas de estafas en línea, entre otras actividades delictivas.
Según detectaron autoridades nacionales, varios casinos en línea implementaron el trabajo esclavo y la trata de personas, principalmente con nativos del continente asiático.
De igual manera, la policía constató vínculos de estos centros con mafias filipinas y extranjeras.
En noviembre, decenas de miles de trabajadores extranjeros abandonaron el país de forma voluntaria y se espera que este proceso continúe en las próximas semanas, mientras el Gobierno calcula que expulsará a alrededor de 100 mil empleados extranjeros relacionados con estas prácticas.
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