La región septentrional del enclave costero está destruida completamente tras dos meses de ofensiva castrense, señaló el director de hospitales del Ministerio de Salud de la Franja, Marwan Al-Hams, en declaraciones a la televisora Al Jazeera.
El cese del suministro de oxígeno en los centros de salud del territorio significa la paralización de sus servicios, afirmó.
La víspera, el vocero de la Defensa Civil palestina en esa región, Mahmoud Basal, subrayó que los sucesos en el norte son los más sangrientos y trágicos desde el inicio de la agresión israelí contra el enclave hace 14 meses.
El Ejército efectúa allí continuos bombardeos desde hace dos meses y comete las masacres más horrendas, denunció.
Al respecto, acusó a las Fuerzas Armadas de ese país de exterminar a familias enteras, incluidos mujeres y niños.
Basal aseguró que las acciones castrenses allí constituyen un crimen de limpieza étnica.
El portavoz acusó a los uniformados de usar el hambre como arma de guerra para obligarlos a abandonar sus hogares y marchar al sur.
Hossam Abu Safiya, director del Hospital Kamal Adwan, alertó días atrás que la crisis humanitaria en el norte se acerca a una catástrofe absoluta como resultado de la campaña bélica.
Es desgarrador escuchar las voces de personas pidiendo ayuda debajo de los escombros, relató.
A principios de octubre, el Ejército inició una ofensiva a gran escala contra la región septentrional, que causó más de tres mil 700 víctimas mortales o desaparecidos y unos 10 mil heridos, según datos de la Oficina de Medios del gobierno en Gaza.
Más de 44 mil palestinos murieron en la Franja desde el inicio del conflicto, hace casi 14 meses, en tanto más de 105 mil resultaron heridos, de acuerdo con cifras oficiales.
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