«En medio de informes de bombardeos e inseguridad, la gente sigue huyendo del campamento», advirtió el portavoz del secretario general de la ONU (António Guterres), Stéphane Dujarric.
Cifras de la Organización Internacional para las Migraciones estiman que más de dos mil 100 personas fueron desplazadas del campamento de Zamzam solamente el miércoles, en su mayoría a otros lugares dentro de las localidades de Al Fasher y la ciudad cercana de Dar as Salam.
El organismo reclamó protección para los civiles que se refugian en Zamzam al recordar a las partes sus obligaciones a este respecto.
«El derecho internacional humanitario exige que se tenga cuidado constante para proteger a los civiles durante las operaciones militares», dijo Dujarric en conferencia de prensa.
El vocero llamó a tomar todas las precauciones posibles para evitar daños a la población civil al planificar y llevar a cabo ataques, así como proteger a los civiles contra los efectos de los ataques.
Esta semana, la ONU condenó los bombardeos de las Fuerzas de Apoyo Rápido contra el campamento de Zamzam, tras los ataques reportados el 1 y 2 de diciembre que mataron a al menos a cinco personas e hirieron a 18.
Los hechos provocaron la evacuación de un hospital y la suspensión de las operaciones sanitarias en el campamento, próximo a El Fasher, capital del estado de Darfur del Norte.
Zamzam, asediado durante meses, enfrenta una grave escasez de suministros humanitarios críticos que provocaron desde agosto condiciones de hambruna.
La violencia ha devastado aún más la infraestructura civil, incluidas clínicas de salud y refugios, exacerbando una situación ya de por sí grave.
Con más de 11 millones de personas desplazadas en todo el país, la escalada de violencia ha profundizado la mayor crisis de desplazamiento del mundo, con cerca de 5,8 millones de mujeres y niños en esa condición.
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