Según diversos medios de prensa, la renuncia se hará efectiva antes del mediodía, hora local, pedido que el mandatario debe aceptar dada las circunstancias.
La víspera, el hemiciclo aprobó con el voto de 331 diputados, la mayoría absoluta requerida es de 289, una moción de censura promovida por la izquierda contra Barnier en rechazo a su proyecto de presupuesto para el 2025 y a que activara el lunes el artículo 49.3 de la Constitución para adoptar sin voto parlamentario el presupuesto de la Seguridad Social.
El bloque Nuevo Frente Popular, integrado por insumisos, socialistas, ecologistas y comunistas, y el partido de extrema derecha Agrupación Nacional (RN) unieron fuerzas, pese a la distancia ideológica entre ambos, para hacer caer a Barnier apenas tres meses después de designado.
Macron se dirigirá esta noche al país para abordar la crisis política imperante, en un escenario que sume al país en lo desconocido, ya que desde 1962 no prosperaba en la Asamblea Nacional una moción de censura contra el gobierno.
El panorama es bien distinto al de entonces, ya que el presidente Charles de Gaulle logró evitar hace 62 años que cayera el primer ministro Georges Pompidou, amparado por el éxito en aquel momento de un referendo para reformar la Constitución. De acuerdo con medios como la cadena BFM TV, Macron no debe tardar mucho en nombrar a un nuevo primer ministro.
El sábado se esperan en Francia unos 50 jefes de Estado y de Gobierno, así como el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, para la reapertura de la catedral Notre-Dame de París, por lo que parece lógico que el mandatario se apresure en designar un sustituto de Barnier.
kmg/wmr