La Habana, 6 dic (Prensa Latina) Existen muchas formas de llevar el crimen a la gran pantalla y uno de ellos es a través del drama social, como lo hacen hoy Sofía Paloma Gómez y Camila Becerra con su filme “Quizás sea verdad lo que dicen de nosotros”.
Basada en hechos reales, el largometraje, estrenado en junio de este año en Chile y presentado ahora en concurso en la 45 edición del Festival Internacional de Cine Latinoamericano, parece desde afuera una especie de sesión gigante de una consulta de psiquiatría.
La principal dosis para llevar la trama pasa por las sensaciones, las zozobras y las decisiones, atinadas o no, de los principales personajes de una obra que realiza una pincelada de crítica al lado oscuro de las sectas religiosas, aunque no se atreve a calificarlas.
Tamara, la hija de Xiomara, una exitosa psiquiatra chilena, busca refugio con su madre, después de perder su hijo en circunstancias poco claras, que solo salen a la luz casi al finalizar el filme.
En una sórdida escena donde acude para reproducir con la policía lo ocurrido en un bosque, junto a dos de sus compañeros de una secta religiosa, Tamara confiesa que ayudó a quemar a su hijo en una hoguera improvisada, sin hacer mucho para detener ese crimen.
Los estrictos principios de la formación religiosa consideraron que no era saludable para el Planeta la llegada de una nueva vida, algo que nadie explica con palabras, pero que es un mensaje sacado por la actitud asumida y gestos de los personajes al abordar el infanticidio.
En el filme la fotografía utilizada, con paisajes lúgubres de la geografía chilena, pareció dejar ver una evaluación muy negativa del crimen que forma la parte principal de la trama de esta cinta chilena, con coproducción de Argentina y España.
La propuesta de “Quizás sea verdad lo que dicen de nosotros” se cuenta entre los 256 filmes seleccionados para el festival de 42 países del orbe, entre ellos Argentina, Chile, Brasil, Bolivia, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Alemania, Bélgica y Canadá.
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