El fiscal Jimmy Morán, especializado en violencia contra la mujer y la familia, precisó que a la Policía se le imputan los presuntos delitos de omisión de actos funcionales y encubrimiento.
Añadió que, teniendo en cuenta que el asesino de Sheyla Cóndor, Darwin Condori, al dar muerte a la joven era policía y tenía una investigación pendiente por participar en la violación grupal a tres mujeres, “se ha considerado pertinente incorporar como tercero civil responsable a la institución policial”.
La investigación incluye además al comisario de la estación policial y a un policía que se negó a recibir la denuncia de la madre de Sheyla por su desaparición y alegó que la joven era mayor de edad y seguramente se había ido con un hombre.
La negativa fue rortunda, pese a que la madre aportaba la información que encontró en el ordenador de su hija, en la que este consignaba que estaba yendo a la vivienda de Condori y añadía hasta la dirección.
Además, la prensa citó a un testigo que vio como otro policía, cuando la denuncia fue aceptada, alertaba por mensajería telefónica a Condori que la familia de una mujer estaba denunciándolo.
Son también investigados los policías que afirman que encontraron a Condori ahorcado en la habitación de un hotel, por incumplir los protocolos de preservación de la evidencia, al manipular posibles pruebas y retirar el cadáver sin notificar a la Fiscalía, como indica el reglamento.
En los últimos días se han registrado diversos actos delictivos de integrantes de la Policía Nacional, el más reciente el de tres agentes acusados de tocamientos indebidos a una mujer y de exigir dinero a un empresario.
Además, los policías Emerson Huamaní y Christopher Mena fueron apresados por robarle el teléfono y dinero a su compañero Baltazar Sánchez, después que este fue gravemente herido por un delincuente.
La prensa reveló por otra parte una falsas operación contra delincuentes peligrosos al capturar a ocho jóvenes inocentes conducidos por un posible agente encubierto a un trabajo temporal.
Otro reportaje hizo pública la incautación de manos de delincuentes, de armas que con anterioridad habían sido incautadas a criminales y guardadas en un depósito policial del que salieron para volver a manos de hampones.
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