En el sur del país, dos de los cuatro ríos de la ciudad de Cuenca, el Tomebamba y el Machángara, se encuentran en estado normal, mientras que el Tarqui y el Yanucay aún se mantienen con bajo caudal tras 147 días de sequía hidrológica, reflejó en sus redes sociales la empresa Etapa EP, encargada de la gestión del agua potable en esa localidad.
No obstante, la cota de la presa Mazar, la más grande del país, ubicada en la región austral, se recupera significativamente, y en la amazónica provincia de Napo, crece también el caudal de los afluentes que permiten la generación de la hidroeléctrica Coca Codo Sinclair, según reportó el canal Teleamazonas.
Esos factores, unido a la compra de energía de Colombia y la inclusión de motores de generación termoeléctrica, posibilitaron el anuncio de que a partir del próximo lunes los apagones se reducirán a tres horas por día.
La actual ola de apagones en Ecuador comenzó el 23 de septiembre y desde entonces su duración ha variado, pero llegaron a ser de 14 horas por día.
El presidente Daniel Noboa prometió que las interrupciones eléctricas terminarían en diciembre; sin embargo, los cortes persisten.
Ese ofrecimiento incumplido del mandatario generó críticas por parte de la ciudadanía tras más de dos meses de apagones que provocan pérdidas de 12 millones de dólares por cada hora sin electricidad.
La ministra en funciones del sector, Inés Manzano, aseguró que el país terminará el año con “cero horas de apagones” y apostó a nuevas contrataciones, entre ellas dos nuevas barcazas y motores de generación térmica.
Especialistas y ciudadanos aseguran que el origen de la actual emergencia energética está en la falta de inversión y previsión de las autoridades, que no adoptaron medidas oportunas ante los reportes que preveían la sequía.
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