Intervinieron en el encuentro exponiendo sus experiencias Gabriela Maire, de Bolivia; Diego Corisini, de Argentina, y Tancrede Ramonet, de Francia.
Maire señaló la importancia de la búsqueda de colaboradores que hagan las historias que se cuentan de los países de Latinoamérica más grandes, conocidas y fuertes.
También subrayó el valor de, cuando se puede acceder a fondos para coproducciones, conocer las limitaciones que van a favor o en contra de la película que se desea hacer, las posibles concesiones y lo que sumaría al final el proyecto original.
Otro punto importante que citó fue el de conocer el país y la historia propia para ser coherentes y acertados a la hora de reflejarlos en la película y también a la hora de negociar en el proceso de coproducción.
Precisó que «nuestros países latinoamericanos necesitan de estas coproducciones, pero debemos hacerlo desde el entendimiento».
Ramonet se refirió al programa Cinémas du Monde en el impulso del cine iberoamericano.
Dijo que en el caso de las coproducciones que generalmente más interesan desde Europa para coordinar con proyectos latinoamericanoa son los temas originales, y con más posibilidades de ser elegidos, por su novedad, los de naciones que no tienen grandes trayectorias de cinematografía.
Corisini manifestó igualmente la necesidad de conocer bien las características del proyecto que se va a presentar a coproducción y la legalidad respecto a todo el proceso de acceder a este paso.
Insistió en la necesidad de ver bien qué elementos de la película propuesta para coproducción serían interesantes para los que van a producirla, en aras de concretar la alianza.
Maire remarcó que todavía existen posiciones de poder desde el llamado primer mundo para decidir qué historias se cuentan en las coproducciones.
Afirmó que debe seguir la lucha como latinoamericanos a fin de cambiar estereotipos que atribuyen a esta región solo visiones de países atrasados y crudas realidades.
Abogó porque con estos necesarios apoyos de coproducciones se creen nuevas historias y nuevas miradas que puedan salir de los países latinoamericanos.
El 45 Festival del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana transcurre hasta el próximo 15 de diciembre con más de 250 filmes en cartel y concursantes en varias categorías, además de espacios de análisis de la cinematografía actual y eventos colaterales.
Esta cita, fundada en 1979, cada año logra congregar a miles de espectadores, artistas, críticos y profesionales del cine en una celebración del talento creativo de América Latina y el Caribe.
El Festival de cine de La Habana reconoce y difunde las obras cinematográficas que contribuyen, a partir de su significación y valores artísticos, al enriquecimiento y reafirmación de la identidad cultural regional.
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