Este retraso salarial provocó la ira de los gendarmes africanos que amenazaron con dimitir de la Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad (MMAS) si el mando superior no soluciona este problema con urgencia, que ya no es la primera vez que ocurre desde que llegaron en junio.
Los oficiales disgustados enviados por Nairobi califican este hecho como preocupante, pues además de su falta de recursos financieros tienen un estricto control de sus comunicaciones para impedir que sus quejas se hagan públicas en Kenya, precisó el sitio digital Noticias Kominotek.
Esta controversia se produce cuando el gobierno de Kenya desembolsó 13 millones de dólares en septiembre para apoyar a sus hombres desplegados en Haití.
La Organización de Naciones Unidas prometió que serían devueltos, pero algunos medios tanto kenianos como haitianos plantean interrogantes de cómo será posible concretar la devolución si el organismo sigue sin poder reunir el dinero de los donantes para sostener el despliegue internacional en la nación caribeña.
Kenya, antes de venir con sus militares a Haití, quería que se le pagara el dinero por adelantado, pero la ONU le contestó que según sus estatutos, los recursos monetarios eran entregados terminada la misión, así todo, el país africano envió a sus militares.
Recientemente, ciudadanos que sufren el castigo de las bandas armadas, acusaron a los soldados kenianos de cobardes, pues no son muy dados a acompañar a la Policía Nacional de Haití en las operaciones urbanas en modo infantería.
En esa línea, los pandilleros les reprochan a sus supuestos exterminadores que no quieren salir de los vehículos blindados estadounidenses para librar una batalla cuerpo a cuerpo.
De seguir la situación de impagos de salarios, comentaron emisoras radiales, se puede generar una opinión negativa para el resto de los países que anunciaron que vendrían a Haití con sus efectivos, y hasta hoy, aunque lo prometieron, con este episodio y la perenne peligrosidad, lo siguen valorando.
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