Biden terminará su vida política. No pudo mantenerse en la carrera presidencial por un segundo mandato, aunque él admitió cuando asumió el cargo en enero de 2021 que sería un gobernante de transición.
¿Transición hacia otro presidente demócrata?, No ocurrió. Kamala Harris, la vicepresidenta, tuvo una luna de miel inicial cuando fue nominada como la candidata del partido a las elecciones de 2024 tras la renuncia de Biden a un segundo periodo en la mansión ejecutiva.
Parecía que sí, que quizás la ex fiscal general de California y exsenadora tendría la posibilidad de derrotar a su rival republicano; sin embargo, se produjo la sorpresa y aún se preguntan qué pasó.
Trump regresará a la mansión ejecutiva por otros cuatro años. Ganó en los siete estados clave que definieron la contienda 2024 (Pensilvania, Michigan, Wisconsin, Nevada, Carolina del Norte, Georgia y Arizona) y además implementará su agenda con un Congreso que cuenta con su partido en mayoría tanto en el Senado como en la Cámara de Representantes.
Los demócratas basaron su campaña en la defensa de la democracia y en los peligros que representaría el retorno del magnate, quien se vio envuelto en varios enredos legales, y no dio resultado.
Así que es tiempo de pato cojo. Esa etapa que media entre una elección y el día de la toma de posesión de un presidente electo, en la cual el mandatario saliente tomaría alguna decisión impredecible.
Biden acaba de indultar a su hijo Hunter de manera total e incondicionalmente. Nadie lo esperaba, sobre todo porque dijo más de una vez que no utilizaría su poder para ello, pero razonó que la política infectó el proceso y ello condujo a un error judicial.
«Esta es la verdad: creo en el sistema de justicia, pero mientras he luchado con esto, también creo que la política cruda ha infectado este proceso y ha llevado a un error judicial”, escribió en una declaración y dijo que esperaba que “los estadounidenses entiendan por qué un padre y un presidente tomarían esta decisión».
Hunter Biden sería sentenciado el 12 de diciembre en un juicio en el que fue culpable de tres cargos federales relacionados con la tenencia de un arma de fuego cuando era adicto a las drogas.
También en California tenía que responder por cargos separados vinculados supuestamente al no pago de 1,4 millones de dólares en impuestos y por presentar declaraciones falsas.
Biden asumió el desafío. El sopesó dos responsabilidades: el presidente y el padre, y la balanza se inclinó por el segundo.
Ahora, por ejemplo, grupos defensores de los inmigrantes reclaman que haga lo mismo con más de un millón de familias mixtas que estarían amenazadas por las anunciadas deportaciones masivas que prometió Trump en su campaña electoral.
Los activistas piden que el ocupante del Despacho Oval también indulte en esos casos para evitar que hogares se rompan y familias sean separadas.
Por otra parte, organizaciones solidarias, entre ellas las que apoyan a Cuba, exigen a Biden que aproveche lo que le queda en la mansión ejecutiva para tomar alguna acción que revierta las políticas de máxima presión adoptadas por Trump durante su primer mandato (2017-2021).
En especial solicitan que elimine al país caribeño de la lista unilateral de Washington de Estados patrocinadores del terrorismo.
Hasta el momento no existen señales de que algo podría cambiar de aquí al 20 de enero, pero está claro: es tiempo de pato cojo, ojalá que lo impredecible suceda.
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