En la nota, publicada en el sitio oficial de esa organización, se exponen sus objeciones ante la firma de ese documento, el pasado 6 de diciembre, que viabiliza la aprobación futura de un tratado comercial entre ambos bloques, con un mercado potencial de más de 700 millones de usuarios.
Entre las principales preocupaciones, señalan el impacto que se deriva de una mayor apertura a las importaciones de productos agrícolas de Mercosur, en particular ganado, aves de corral, arroz, maíz y azúcar. Los directivos de Confagricoltura consideran que, aunque encierra posibles ventajas para algunos sectores, “el acuerdo es muy penalizante para las producciones europeas e italianas en términos de competencia y seguridad alimentaria”.
Massimiliano Giansanti, presidente de esa confederación, expresó al respecto que ese convenio comercial “no garantiza la equidad y la reciprocidad en las relaciones, ni la protección para nuestro modelo agrícola”.
“Entendemos la necesidad de profundizar las relaciones comerciales internacionales, pero esto no debe tener lugar a expensas de los agricultores europeos y nuestras producciones”, enfatizó Giansanti.
Confagricoltura evaluará cuidadosamente los términos del acuerdo para comprender si responde al principio de reciprocidad, y garantiza los mismos estándares de seguridad alimentaria, técnicas de producción, de reglas laborales y competitividad para ambas partes, añade el documento.
Al dar a conocer la firma del acuerdo técnico el pasado miércoles, durante el inicio de la 65 cumbre de Mercosur, con sede en Montenideo, Uruguay, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen aseguró que el mismo “es ventajoso para todos” y “traerá beneficios significativos para los consumidores y empresas de ambas partes”.
“Nos centramos en la equidad y las ventajas mutuas, escuchamos las preocupaciones de nuestros agricultores y actuamos en consecuencia”, dijo, y aseveró que “este acuerdo incluye garantías sólidas para proteger sus medios de vida”. “Además, nuestros estándares europeos de salud y alimentos siguen siendo intocables”, pues “los exportadores de Mercosur deben respetar estrictamente estos estándares para acceder al mercado de la UE”, añadió Von der Leyen.
La Comisión Europea tiene autorización de los socios de la UE para terminar la negociación, pero el acuerdo luego debe ser ratificado por los parlamentos, incluida la Eurocámara, lo que indica que será largo y complejo el camino para su ratificación y entrada en vigor, debido a la oposición al mismo en países como Francia, Polonia e Italia.
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