La temperatura promedio global en noviembre pasado fue 1,62 grados, por encima de los niveles conocidos de la era preindustrial, asevera un estudio del Servicio Copernicus sobre el Cambio Climático de la Unión Europea, circulado hoy aquí, cuya seriedad es incontestable.
Asimismo el informe determina que las olas de calor, los incendios descontrolados y las condiciones climáticas extremas serán más frecuentes e intensas debido al aumento de las temperaturas mientras el planeta trata de adaptarse a los efectos del cambio climático causante de desastres naturales y amenazadores para los ecosistemas.
En lo que concierne a África la combinación de sequías y canículas extremas con diluvios que provocaron inundaciones bíblicas, azotó la inmensa mayoría de los países del continente con su rastro de éxodos poblacionales, pérdidas de cosechas, algunas de supervivencia, y muerte de animales.
Ante los hallazgos del estudio del ente europeo, el único que se atrevería a verle una faceta positiva sería el doctor Peter Pangloss, personaje del Cándido de Voltaire, para quien esas condiciones permiten tomar más prolongados baños de sol y de mar.
Pero el inefable Pangloss no pasa de eso, un personaje de ficción: la realidad es más cruda y letal.
mem/msl