Durante una rueda de prensa, el jefe de la Policía del estado de Victoria, Shane Patton, brindó pocos detalles de la investigación en curso, pero ratificó que la evidencia respalda la declaración de testigos sobre el uso de combustible en torno a la sinagoga Adass Israel, para luego prenderle fuego.
La sustancia inflamable fue rociada por dos individuos enmascarados, según contaron personas que se dirigían al sitio para la plegaria matutina, el pasado 6 de diciembre.
Por su parte, la vice primera ministra de Victoria, Jacinta Allan, explicó que al ser declarado un ataque terrorista el gobierno puede destinar recursos adiciones a la investigación.
En estos momentos, la unidad antiterrorista de la Policía de Victoria colabora con la Policía Federal y los servicios de Inteligencia del país en aras de resolver el caso con prontitud.
A consecuencia del incendio, una persona sufrió heridas y el edificio quedó muy dañado después de que el fuego destruyera casi todo y fuese necesario contar con 60 efectivos del cuerpo de bomberos para controlar las llamas.
Desde el propio viernes, el primer ministro de Australia, Anthony Albanese, tildó de deliberado e ilegal el incendio, un hecho provocado con la intención de generar miedo en la comunidad judía y no dudó en considerarlo un acto de antisemitismo.
Varios miembros de la congregación se encontraban adentro para la oración y, al percatarse del siniestro, huyeron del lugar por la puerta trasera.
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