En la primera línea de la crisis, están los pequeños Estados insulares y más del 60 por ciento de ellos depende de los recursos primarios, señaló una publicación de ONU Comercio y Desarrollo (Unctad).
La amplificación de los retos resulta evidente, pues el aumento de las temperaturas amenaza el crecimiento económico al reducir el rendimiento agrícola, aminorar la acumulación de capital, disminuir la productividad de los trabajadores y perjudicar la salud de las personas, sopesó la fuente.
Por los cálculos de la Unctad, si el cambio climático continúa sin control, de aquí a 2100 un país típico de bajos ingresos podría sufrir pérdidas económicas equivalentes al 100 por ciento de su Producto Interno Bruto actual.
Los surtidos agrícolas, energéticos y mineros, recordó, constituyen la base del comercio global, pero la dependencia excesiva puede dejar a una economía vulnerable y a su población en la miseria.
Cuando estas materias primas representan el 60 por ciento o más de los ingresos por exportación de mercancías de un país, se considera que éste es dependiente de los productos básicos, precisó.
Solo el 13 por ciento de las economías avanzadas registra porcentajes tan altos, en contraste con el alarmante 85 por ciento de las naciones menos desarrolladas, reiteró la Unctad.
De los 195 Estados miembros de la organización, 95 se clasifican como países en desarrollo dependientes de los productos básicos, indicó el organismo, que acumula más de medio siglo de investigaciones e informes periódicos sobre el tema.
Esta excesiva subordinación suele ir mano a mano con el subdesarrollo, como muestra el Índice de Desarrollo Humano (IDH) del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD): en 2021, ejemplificó, 29 de los 32 Estados con puntuaciones bajas en el IDH dependían de los «commodities».
Además, a menudo encaran problemas como la baja productividad, la volatilidad de los ingresos, tasas de cambio sobrevaloradas y una mayor inestabilidad económica y política, expuso el análisis.
Una caída de los precios de los productos básicos, ilustró, puede reducir drásticamente los ingresos de exportación e incidir en la reducción de las inversiones públicas, la devaluación de la moneda, el aumento de la deuda pública y propiciar un mayor riesgo de insolvencia.
En opinión de la Unctad, la carrera por minerales como el cobalto, el litio y el cobre, fundamentales para la energía limpia, podría reforzar la dependencia de las materias primas.
Para evitar esta posibilidad, juzgó, los países subdesarrollados deberán añadir más valor a los minerales antes de exportarlos y ascender en las cadenas de suministro de materias primas.
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