Los dos países, cuyos presidentes Félix Tshisekedi y Paul Kagame, respectivamente, deben encontrarse en Luanda bajo mediación de Angola el próximo 15 de diciembre, tienen un acuerdo de alto al fuego vigente desde el 4 de agosto, pero que el M23 ha violado en varias ocasiones y también los militares.
Este lunes los combates continuaron por octavo día consecutivo en la zona sur de Lubero, según reportó Radio Okapi, donde el Ejército intenta detener la ofensiva lanzada por los insurgentes hace una semana.
Los enfrentamientos se concentran en Matembe, considerado un punto de anclaje estratégico, pero las confrontaciones también son intensas en Kaseghe, Mighobwe y Kibaku, aldeas que aún se encuentran bajo ocupación del M23.
El ejército recuperó la víspera el control de Luofu, otra localidad relevante por su proximidad a Kaseghe y Matembe.
La RDC y Ruanda están en medio de un conflicto pues Kinshasa acusa a Kigali de brindar apoyo a los rebeldes del M23, que mantiene ocupadas varias ciudades y comunas en el este congoleño, así como de implicarse directamente y robar recursos minerales.
En tanto Ruanda sostiene que el Ejecutivo congoleño da respaldo a las Fuerzas Democráticas de Liberación de Ruanda (FDLR), hostiles a su gobierno.
El 25 de noviembre ambas partes, a través de los cancilleres, aprobaron el Concepto de Operaciones (Conop), una pieza esencial que será guía para la implementación del Plan Armonizado para la Neutralización de las FDLR y la Separación de Fuerzas/Levantamiento de las medidas de defensa en Ruanda.
Se espera que la cumbre tripartita en Angola contribuya a avanzar el proceso de paz, sin embargo los combates con el M23 son un factor a tomar en cuenta en las negociaciones.
Los rebeldes no participan de los diálogos, pues la RDC sostiene que no son más que un instrumento de Ruanda.
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