El gobierno saudita resaltó la necesidad de que las distintas facciones implicadas en la nueva situación se esfuercen por evitar el caos y la división, evitar el derramamiento de sangre y preservar las instituciones y capacidades del Estado sirio.
Por su parte, Qatar abogó por los intereses del pueblo sirio y la preservación de la unidad, la soberanía y la independencia del país, según señaló su cancillería.
En tanto, Jordania defendió la construcción de una Siria en la que el terrorismo y sus bandas no existan y rechazó cualquier agresión o intento de ocupar partes de su territorio, mientras Iraq reiteró la importancia de la no injerencia en los asuntos internos de Siria y el rechazo de todo apoyo a una parte en detrimento de otra.
Finalmente, la Liga de Estados Árabes, integrada por 22 países, llamó a la comunidad internacional para que apoye al pueblo sirio en este difícil período de transición, incluso levantando cualquier sanción que permita a los sirios avanzar en estos difíciles momentos.
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