Una amplia voz de los 27, a excepción de Bélgica, Francia y Países Bajos, se muestra a favor de la medida. Ello ocurre como parte del debate político sobre la revisión de este expediente fiscal comunitario.
Así lo señalaron los ministros de Economía y Finanzas de la UE, que expresaron un apoyo mayoritario a la propuesta de compromiso de la presidencia húngara del Consejo que excluye a estos dos sectores del ámbito de aplicación de la directiva revisada.
Bruselas quería eliminar exenciones e incentivos obsoletos para el uso de combustibles fósiles como ocurre en el caso de la aviación y el transporte marítimo para contribuir a la consecución de los objetivos climáticos de la UE.
Entre tales objetivos se encuentran la reducción de emisiones en 55 por ciento en 2030 y fomentar, al mismo tiempo, el uso de tecnologías limpias.
Sin embargo, la propuesta de compromiso de la presidencia húngara busca salvar las reticencias iniciales de algunos Estados miembros y elimina esa ambición, a la par de mantener la exención de impuestos al queroseno, utilizado como combustible en la industria aeronáutica, y el fuel oil pesado del transporte marítimo.
De cualquier manera, dicho empleo sería de forma transitoria hasta 2035. En esta línea, el comisario europeo responsable de política fiscal, Wopke Hoekstra, advirtió que si un sector hace menos, otros tendrán que compensarlo.
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