Este problema afecta a las instituciones del Estado a todo nivel, lo cual genera que su control se vuelva complejo, subrayó el Comisionado Nacional contra ese flagelo, Julio Flores.
Por lo tanto, agregó, la lucha contra la corrupción se fundamenta en medidas integrales y a largo plazo, entre ellas el fortalecimiento de los órganos de control interno.
Incluyó la implementación de programas de formación, rendición de cuentas, participación ciudadana y la emisión de normativa como el Código de Ética.
En las administraciones anteriores –explicó- se careció de voluntad para implementar medidas correctivas; sin embargo, ahora el compromiso gubernamental por la transparencia es total y se puede evidenciar en acciones concretas.
El Organismo Ejecutivo está utilizando todas sus competencias legales para denunciar los casos de corrupción que se detectan, describió Flores, quien destacó que hasta el momento se presentaron más de 198 denuncias por indicios de tal problemática.
Interrogado por si es posible detener este mal, Flores aseguró que desde la Comisión continúan trabajando para robustecer las capacidades de las entidades.
En particular, acotó, es necesario mencionar la implementación de los Sistemas de Integridad, los cuales se harán mediante un Acuerdo Gubernativo.
Serán fundamentales para dotar de procedimientos y fortalecer controles que reduzcan los riesgos de corrupción, consideró.
El proceso integral –afirmó- encierra coordinación con otras instituciones del Ejecutivo, involucramiento de la ciudadanía, y será evaluado y monitoreado continuamente.
La Comisión, aclaró, no lleva a cabo investigaciones, sino un trabajo técnico, “estamos sujetos al escrutinio de la población y a la rendición de cuentas”.
Como meta al final de la gestión dentro de tres años, comentó que el gran objetivo de su entidad es establecer un sistema y devolver el sentido ético al ejercicio de la función pública.
Actualmente, como Comisión, estamos en la fase de generación de condiciones y diseño que ya conducen a ese Sistema en el Organismo Ejecutivo, describió.
“En tres años confiamos en avanzar hacia una cultura de integridad y trasparencia en la administración pública, donde haya aún menos espacio para la opacidad”, finalizó sus palabras al medio de prensa.
La corrupción –advirtieron tiempo atrás analistas locales- roba la oportunidad del desarrollo, mientras la actual gestión de Bernardo Arévalo (2024-2028) la presenta como su principal reto.
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