Al decir de la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA), “los volúmenes de SAF están aumentando, pero con una lentitud decepcionante”.
El millón de toneladas duplica los 0,5 millones de 2023, pero el SAF representó apenas el 0,3 por ciento de la producción mundial de carburantes para la aviación y el 11 por ciento del combustible renovable a escala global, indicó el reporte.
Esa última cifra relativa no significa necesariamente que los proyectos se estén inclinando más hacia los SAF, pues el aumento proporcional responde a una base global de cálculo más pequeña, aclaró la institución.
Para el año entrante es de esperar que las fabricaciones de SAF alcancen los 2,1 millones de toneladas (dos mil 700 millones de litros), es decir, el 0,7 por ciento de la producción total de combustible para aviones y el 13 por ciento de la capacidad mundial de combustible renovable, señaló el análisis.
En opinión de la IATA, los gobiernos envían señales contradictorias a las compañías petroleras, que siguen recibiendo subvenciones por la exploración y extracción de petróleo y gas fósiles, mientras los inversores en combustibles de nueva generación parecen esperar garantías de dinero fácil antes de lanzarse a fondo.
“La descarbonización de la industria aérea debe verse como parte de la transición energética global, no compartimentada como una cuestión de transporte”, señaló la economista jefe de la IATA, Marie Owens Thomsen.
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