En un intercambio con la prensa desde Ginebra, el diplomático urgió a detener los movimientos de tropas israelíes en territorios ocupados junto a los bombardeos de objetivos dentro de territorio sirio.
El mensaje tanto en Nueva York como desde Ginebra es el mismo, aseveró, «lo que estamos viendo es una violación del acuerdo de desconexión de 1974».
Pedersen pidió apoyo frente a los riesgos que enfrenta la nación tras la salida del poder del expresidente Bashar al-Assad y la toma de Damasco por grupos rebeldes.
Fuera de la capital la situación sigue siendo menos segura, un legado de la guerra de 13 años, que ha atraído a actores regionales e internacionales, obstaculizando los esfuerzos liderados por la ONU hacia la paz, dijo el enviado.
El domingo, el secretario general de la ONU, António Guterres, instó a la calma y evitar la violencia así como a proteger los derechos de todos los sirios sin distinción, y respetar la inviolabilidad de los locales y del personal diplomático y consular.
“El futuro de Siria es un asunto que deben determinar los sirios, y mi enviado especial (Geir Pedersen) trabajará con ellos para lograr ese fin”, aseguró el titular del organismo en un comunicado.
Guterres agregó que el contexto demanda “apoyo de la comunidad internacional para garantizar que toda transición política sea incluyente y amplia y que satisfaga las aspiraciones legítimas del pueblo de Siria, en toda su diversidad”.
Poco antes, el enviado de la ONU en el país del Medio Oriente confirmó desde Doha, Qatar, el llamado a un diálogo urgente al tiempo que urgió a evitar un derramamiento de sangre.
“Para ello, permítanme subrayar el claro deseo expresado por millones de sirios de que se establezcan urgentemente acuerdos de transición estables e inclusivos, y de que las instituciones sirias sigan funcionando”, pidió además.
El expresidente sirio Bashar al Assad y su familia llegaron el domingo a Moscú tras recibir asilo de las autoridades de Rusia según confirmó el Kremlin.
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