El número de evacuados ya superó las nueve mil 400 personas y el gobierno asegura que los refugios cuentan con los paquetes de comida y otras ayudas como suministros sanitarios y mascarillas, según lo previsto.
Con dos mil 435 metros de altura, Kanlaon se localiza en la isla central de Negros y sorprendió la víspera con una imponente columna de ceniza, gases tóxicos y escombros, a temperaturas extremadamente elevadas, que cayeron por la ladera occidental de la montaña.
Según expertos del Instituto de Vulcanología y Sismología de Filipinas, la erupción duró casi cuatro minutos, pero produjo un arroyo supercaliente de cenizas, escombros y rocas capaz de incinerar cualquier cosa en su camino.
La entidad situó el nivel de alerta en 3, de una escala de 5, por considerar que el magma está cerca o en la superficie.
Aunque no causó víctimas de inmediato, los científicos indicaron la posibilidad de erupciones más explosivas en los próximos días o semanas, además de advertir sobre riesgos para la salud, desde la visión hasta las vías respiratorias.
Sobre la Oficina de Defensa Civil recayó la responsabilidad de realizar evacuaciones a gran escala con urgencia en los poblados y comunidades más cercanos a las laderas occidentales y meridionales de Kanlaon.
También, se cancelaron al menos seis vuelos nacionales, uno internacional y se desviaron otros dos locales, mientras las autoridades en las zonas más vulnerables suspendieron las clases en las escuelas e impusieron un toque de queda nocturno.
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