En un pronunciamiento divulgado en su cuenta X, el mandatario aseguró que tras más de dos meses de apagones, su Gobierno ha hecho todo lo necesario para que “esta sea la última crisis energética que golpee de esta forma al Ecuador”, independientemente de las condiciones climáticas.
De acuerdo con el gobernante, en los próximos días se dará una solución definitiva a la crisis energética, problemas de los cuales culpó al cambio climático y a la gestión de administraciones anteriores.
Señaló que la decisión de poner fin a las interrupciones eléctricas se sustenta en la recuperación de capacidad de generación térmica e hidroeléctrica instalada, que por 10 años estuvo irresponsablemente descuidada.
A eso sumó la compra de electricidad a Colombia, la mejora de las condiciones meteorológicas, y la adquisición de nuevas formas de generación, incluida la central flotante turca que genera 100 megawatts (MW) y entre diciembre y enero se añadirán 501 MW más.
Desde el 23 de septiembre de este año Ecuador enfrenta cortes de luz prolongados que han llegado hasta las 14 horas diarias en medio de la sequía y de cuestionamientos al Gobierno por la falta de medidas oportunas para enfrentar la situación.
Gremios industriales y comerciales estiman que las pérdidas ascienden a 12 millones de dólares por cada hora sin luz.
A mediados de noviembre, las interrupciones se redujeron a ocho horas y actualmente son de tres horas por día.
Pese a la promesa de Noboa de que en diciembre no habría apagones, el mes comenzó con cortes, por lo que está nuevo ofrecimiento de que acabarán definitivamente es tomado con escepticismo por expertos y ciudadanos, según reflejan comentarios en redes sociales.
Especialistas y ciudadanos aseguran que el origen de la actual emergencia energética está en la falta de inversión y previsión de las autoridades, que no adoptaron medidas oportunas ante los reportes que preveían la sequía.
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