Desde el inicio de la campaña bélica, hace 14 meses, el Ejército ataca deliberadamente nuestras instalaciones y vehículos, denunció esa organización de socorro.
Atravesamos la etapa más difícil desde nuestra creación en 1994, debido a la erosión del personal humano y la destrucción de equipos, alertó.
La Defensa Civil culpó a Israel y a Estados Unidos, su principal aliado, por las repercusiones de la agresión.
Llegó el momento de poner fin a la guerra en Gaza y terminar con el sufrimiento de sus habitantes, recalcó.
El organismo señaló que la situación está a punto de llegar a un punto de no retorno por la profunda crisis.
Es necesario un alto el fuego inmediato y permanente por razones humanitarias y garantizar que la ayuda humanitaria llegue de forma rápida, segura y sin obstáculos, en especial a mujeres y niños, indicó.
La pasada semana, el organismo señaló que tras detener su labor en el norte, podría suspender el trabajo en el centro y sur de la Franja por la falta de combustible y productos vitales.
El director de Suministros y Equipamiento del organismo, Muhammad Al-Mughair, explicó que la institución sufre una crisis asfixiante y destacó que los equipos de socorro prestan servicios mínimos en la región meridional.
El enclave costero está bajo fuego israelí desde hace 14 meses como resultado de lo cual más de 44 mil palestinos murieron y 105 mil sufrieron heridas.
Desde hace un mes, la Defensa Civil suspendió sus labores en el norte tras una ofensiva terrestre de las Fuerzas Armadas israelíes contra la zona, en especial el campamento de refugiados de Jabalia y las ciudades de Gaza, Beit Lahia y Beit Hanoun.
Precisamente, el portavoz de la Defensa Civil, Mahmoud Basal, acusó al vecino país de impedir sus labores en la región septentrional.
Los sucesos allí son los más sangrientos y trágicos desde el inicio de la campaña bélica, afirmó hace unos días Basal.
El Ejército efectúa allí continuos bombardeos desde hace dos meses y comete las masacres más horrendas, criticó en declaraciones a la agencia de noticias Safa.
El portavoz acusó a los uniformados de usar el hambre como arma de guerra para obligarlos a abandonar sus hogares y marchar al sur.
npg/Rob