Los ataques apuntaron contra almacenes de misiles y municiones, y unidades militares ubicadas en las localidades de Hafir y Tel Menin, ubicadas a unos 15 kilómetros al norte de Damasco, lo que generó enormes explosiones que se escucharon en toda la región.
Otros bombardeos con cohetes afectaron posiciones en las provincias de Deraa y Sweida en el sur del país, las sedes de la 18ª división blindada en la gobernación de Homs, y la base aérea de Hama, en el centro del país.
El gobierno interino sirio había pedido al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas que tome medidas para obligar a Tel Aviv a cesar inmediatamente sus ataques y retirarse de las zonas que había ocupado, en violación del acuerdo de separación de fuerzas alcanzado en 1974.
Denunció que el ejército sionista penetró y ocupó áreas adicionales del territorio sirio en el Monte Hermón y la gobernación de Quneitra, en momentos en que el pueblo sirio es testigo de una nueva fase de su historia en la que aspira a lograr la estabilidad.
El 8 de diciembre, el ejército israelí impuso su control en el lado sirio del Monte Hermón en el Golán ocupado, así como desplegó sus fuerzas en la zona de amortiguamiento en la frontera con Siria.
La Fuerza Aérea de Israel ha estado durante los últimos días atacando objetivos militares sirios y destruyó toda la Armada siria y más de 90 por ciento de las reservas de misiles tierra-aire en esta nación levantina.
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