En sus palabras ante altos mandos militares, otros oficiales y soldados, el mandatario añadió que en 2025 la institución avanzará otro tanto porque en conjunto vamos a seguir trabajando en su modernización y consolidación.
Este es un hecho que se aprecia ya en el respeto y el reconocimiento que tiene ese cuerpo a nivel nacional e internacional, por todo el servicio realizado durante los últimos once meses, remarcó el jefe de Estado.
Arévalo precisó que busca una institución armada fortalecida, capaz de cumplir fielmente la misión constitucional asignada y en capacidad de atender las necesidades primarias de la población cuando así le sea requerido.
Además, expresó, el reforzamiento de la institucionalidad del Ejército y las áreas de transparencia, meritocracia, derechos humanos, derechos de la mujer, académicas y de fundamentación de los valores democráticos.
También –acotó- trabajamos en el fortalecimiento de las tres fuerzas que conforman la institución, lo cual incluye la construcción y mejoramiento de instalaciones, así como la compra y repotenciación de medios de transporte terrestres, aéreos y navales.
El político de 67 años mencionó asimismo la adquisición del equipo militar y todo lo imprescindible para proteger efectivamente el país e impedir las amenazas generadas por el crimen organizado y proteger a la ciudadanía.
Con la promoción 160 el Gobernante compartió una reflexión que realizara en ese mismo lugar en ocasión de los ascensos de generales.
Ustedes son el futuro de Guatemala y del Ejército y deben guardar en su mente y corazón que la carrera militar es un sacerdocio y que, por lo tanto, les corresponde ser coherentes en su forma de pensar, sentir, actuar, recordó el abanderado del partido Movimiento Semilla.
Ello, insistió, conlleva regirse y conducirse bajo los más estrictos principios y valores éticos y morales, en especial por esas ocho palabras: honor, deber, valor, lealtad, unión, virtud, ciencia, y fuerza, emblemas del cadete.
Antes, el titular de la cartera, Henry Saénz, explicó que los 67 cadetes graduados culminaron su proceso de formación como oficiales en armas de infantería, artillería, infantería y seguridad militar.
Su proceso de preparación, que dura cuatro años, incorporó educación militar, académica, filosófica, deportiva, religiosa, entre otros.
La inauguración de la Escuela Politécnica de Guatemala aconteció el 1 de septiembre de 1873 como respuesta a la necesidad de contar con un cuerpo de oficiales profesionales que dirigieran el Ejército.
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