“En Bolivia, en noviembre pasado, hemos cumplido cuatro años de gobierno asediado y sometido a ataques de diversa naturaleza desde todos los frentes, desde la derecha y la nueva derecha interna y externa”, afirmó el dignatario.
Aseguró Arce en su discurso que ese concepto aparentemente abstracto de guerra híbrida cobra sentido todos los días, pues en cerca de dos décadas no se había visto una guerra política, económica, legislativa y mediática tan intensa.
Reafirmó, asimismo, la convicción y compromiso de Bolivia con la alianza, porque el ALBA–TCP, más que un proyecto político, se constituyó en un símbolo de resistencia viva ante las injusticias y la dominación de los pueblos.
“El ALBA-TCP es mucho más que una organización, es el estandarte de los pueblos libres que defienden principios de solidaridad, complementariedad y justicia (…)”, enfatizó.
Ratificó que, desde el Estado Plurinacional, su Gobierno reitera el compromiso con esos valores y con la lucha por un mundo multipolar, donde los derechos y la dignidad de “nuestros pueblos sean respetados sin condicionamientos ni amenazas”.
Dijo Arce que no se puede permitir que el mundo continúe “tolerando bloqueos que asfixian naciones enteras”, sanciones que castigan a los más vulnerables y guerras que despojan a los pueblos de su derecho a la vida.
“No podemos aceptar que quienes hablan de democracia la ultrajen con agendas de dominación y saqueo. Tenemos la urgencia, la necesidad y el deber de hacer del mundo una zona de paz”, recalcó.
Consideró el dignatario que el ALBA-TCP no es no es una opción sino una necesidad, que debe continuar con paso firme y reafirmar los principios fundacionales de solidaridad, complementariedad, justicia y cooperación que le guían desde su creación.
“Hoy más que nunca, debemos entender la frase de que, si no trabajamos y peleamos unidos, estamos condenados a ser aniquilados por separado. No puede haber dudas de ello”, reflexionó el jefe de Estado.
Ratificó el presidente boliviano que los países del bloque integracionista “sueñan” con un horizonte donde la política exterior se deshaga de viejas cadenas y abracen la despatriarcalización y la descolonización como brújulas para cambiar a la sociedad.
Consideró que ese proceso debe acontecer en un nuevo mundo multipolar “justo, próspero, sostenible”, donde hombres y mujeres construyan juntos y disfruten de la equidad.
El dignatario ofreció disculpas a los participantes en el XXIV foro del ALBA-TCP por abandonar la reunión, y partió de regreso a su país para participar este domingo en las elecciones judiciales parciales.
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