El Ministerio de Asuntos Exteriores y Expatriados alertó en un comunicado sobre la escalada de violencia israelí en este territorio y acusó a las Fuerzas Armadas de ese país de ejecutar una limpieza étnica.
Las medidas expansionistas incluyen la incautación de tierras y la instalación de torres de vigilancia y comunicaciones israelíes, además de aumentar el número de retenes militares, subrayó.
Esas acciones tienen el objetivo de paralizar el movimiento de nuestros compatriotas y desmembrar la Ribera Occidental “para socavar cualquier oportunidad de encarnar el Estado palestino”, alertó.
El texto criticó la falta de acciones concretas de la comunidad internacional para detener al gobierno de Benjamin Netanyahu.
La pasada semana, el Consejo Nacional Palestino acusó también a Israel de acelerar los planes de anexión del territorio.
Las autoridades de ese país tienen como finalidad “perpetuar la ocupación e imponer nuevos hechos sobre el terreno en flagrante violación del derecho internacional”, subrayó.
Recientemente, el jefe de la Comisión de Resistencia al Muro y a los Asentamientos, Muayyad Shaaban, reveló que Israel confiscó cinco mil 200 hectáreas de tierra en la Ribera Occidental desde el inicio del nuevo ciclo de violencia, en octubre de 2023, hasta finales de noviembre.
Según sus datos, sólo en el primer semestre de 2024 las tropas y los habitantes de los asentamientos judíos cometieron siete mil 681 violaciones en Cisjordania.
Más de 250 mil colonos israelíes viven en la ocupada zona de Jerusalén oriental y otros 500 mil en el resto de la Margen Occidental, pese a los reiterados reclamos de la comunidad internacional, que considera esos territorios como parte del futuro Estado palestino.
Hace unos días, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo señaló que el sistema de control impuesto por Israel en Cisjordania convirtió al territorio en un archipiélago de islas dispersas y desconectadas, que apuntalan la anexión de grandes zonas.
mem/rob
