Según la nota del ente castrense publicada este domingo en su canal oficial de Telegram, 13 vehículos aéreos no tripulados fueron abatidos sobre el mar Negro y los restantes dos, en las provincias de Bélgorod y Kursk.
El Ministerio de Defensa calificó los fallidos ataques de «terroristas».
Las fuerzas rusas desarrollan desde el 24 de febrero de 2022 una operación militar para frenar los bombardeos ucranianos contra los civiles de Donetsk y Lugansk, dos territorios que se escindieron de Ucrania y se adhirieron a Rusia en septiembre de 2022.
Según el liderazgo ruso, el objetivo de la campaña es proteger a la población de «un genocidio por parte del régimen de Kiev» y atajar los riesgos de seguridad nacional que representa el avance de la Organización del Tratado del Atlántico Norte hacia el este.
Durante los últimos meses, Ucrania intensificó sus ataques con drones contra refinerías y parques de almacenamiento de petróleo en Rusia, en primer término en las provincias fronterizas pero también en zonas más apartadas.
Las provincias rusas limítrofes con Ucrania, como Bélgorod, Briansk, Kursk y Vorónezh, denuncian regularmente impactos de proyectiles, incursiones de drones y otros ataques desde el otro lado de la frontera, que obligan a la población a buscar refugio en otros lugares.
También el territorio de Crimea, que en 2014 se separó de Ucrania para reincorporarse a Rusia, es uno de los blancos predilectos para ataques e intentos de sabotaje por parte del Ejército ucraniano.
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