El portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores Lin Jian anunció que la agenda oficial se extenderá del 19 al 21 de diciembre.
El vocero destacó que China acoge con beneplácito la visita de Marko Djuric, subrayando que Serbia es un «amigo de hierro» para esta nación.
Según el portavoz, en los últimos años, bajo la dirección estratégica de los respectivos presidentes las relaciones entre ambos países experimentaron un desarrollo acelerado y alcanzaron logros históricos.
La cooperación entre China y Serbia siguió expandiéndose en diversos sectores, incluidos la infraestructura, la energía y la educación, lo que fortaleció los lazos bilaterales, agregó.
De acuerdo con Lin Jian, Beijing aprovechará esta visita para consolidar la amistad «de hierro», reforzar la comunicación estratégica, profundizar la cooperación pragmática y trabajar juntos para avanzar en la construcción de una comunidad de destino compartido entre China y Serbia en la nueva era.
Las relaciones comerciales entre China y Serbia experimentaron un notable crecimiento en los últimos años, consolidándose como una de las más dinámicas en Europa Central y del Este.
A partir de 2024, el Acuerdo de Libre Comercio entre ambos países, el primero de este tipo entre China y una nación de la región, facilitó el comercio bilateral al eliminar aranceles en una amplia gama de productos.
Este acuerdo ha sido clave para el incremento de las exportaciones chinas a Serbia, que alcanzaron los 282 millones de dólares en octubre de 2024, mientras que las exportaciones serbias al gigante asiático sumaron 198 millones de dólares.
En el ámbito de las inversiones, Beijing invirtió cerca de cinco mil 600 millones de dólares en aquella nación durante la última década, con proyectos clave en sectores como minería, energía, manufactura y tecnología.
Por otro lado, los proyectos de infraestructura financiados por China mejoraron la conectividad y la infraestructura energética de Serbia.
Entre los más destacados se encuentran la construcción de la sección del ferrocarril Budapest-Belgrado, la planta de energía térmica Kostolac B3 y el Puente Pupin en Belgrado.
jcm/idm
