«Durante aquellos sucesos, ni yo ni nadie más planteó el tema del asilo o la renuncia», declaró en un comunicado publicado por su oficina en redes sociales, al no poder publicarlo en otros medios tradicionales.
El exmandatario recalcó que permanecía en Damasco «cumpliendo con sus deberes hasta la mañana del 8 de diciembre», sin tener planes de abandonar el país.
Según Assad, cuando las fuerzas opositoras entraron en Damasco, se desplazó a Latakia «en coordinación con los aliados rusos para supervisar las operaciones de combate» y solo se enteró de la caída de la capital al llegar a la base aérea de Hmeymim.
Ya que él no pudo abandonar el recinto, prosiguió el expresidente, Rusia instó a que el comando de la base organizara su evacuación inmediata a Moscú en la tarde del 8 de diciembre.
«Esto ocurrió un día después de la caída de Damasco, después de que el Ejército colapsara y todas las instituciones estatales restantes quedaran paralizadas», señaló el mandatario, según publicó este lunes su oficina en las redes sociales.
Assad aseveró que no abandonó al pueblo ni al ejército sirio y prometió proporcionar más información sobre los acontecimientos que propiciaron su partida cuando las circunstancias lo permitan.
El pasado 27 de noviembre, una amplia coalición de grupos armados de la oposición siria lanzó una ofensiva sorpresa a gran escala contra el Ejército regular desde el noroeste del país.
En menos de dos semanas, las fuerzas antigubernamentales se hicieron con el control de varias ciudades importantes como Alepo, Hama y Homs y entraron el 8 de diciembre en la capital, Damasco, donde proclamaron la caída del presidente Asad.
El exmandatario viajó a Rusia que le concedió asilo por motivos humanitarios. Bashar Asad ejercía la presidencia desde el año 2000, tras la muerte de su padre, Hafez Asad (1930-2000), que había gobernado Siria durante las tres décadas anteriores.
La ofensiva relámpago contra Asad fue liderada por el grupo Hayat Tahrir al Sham (HTS, anteriormente Frente al Nusra).
Muchos países expresaron su preocupación por la situación en Siria, instando a todas las partes a garantizar la seguridad, la integridad y la soberanía del país, así como a iniciar un diálogo nacional con la participación de todos los sectores que conforman la sociedad siria.
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