La metrópoli francesa organizó el envío de ayuda logística, personal sanitario, y perros especializados en la búsqueda de personas sepultadas bajo escombros de las innumerables casas derrumbadas por vientos de hasta 220 kilómetros por hora, según fuentes oficiales.
El fenómeno, de fuerza 4 en una escala máxima de 5, el más brutal que se recuerda en casi un siglo en esta zona de Africa, azotó asimismo partes de Madagascar y estremeció la provincia septentrional mozambiqueña de Cabo Delgado, donde causó daños aún por cuantificar.
En Malawi y Zimbabwe, países localizados en el sur de África, las autoridades comenzaron las evacuaciones de residentes debido a las inundaciones, otra de las destructivas secuelas del fenómeno climático.
Los huracanes del océano Índico son cada vez más poderosos a causa del cambio climático, también responsable de prolongadas sequías, incendios descontrolados, lluvias portentosas y otros desastres, según reciente estudio de un instituto especializado de la Unión Europea.
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