El abogado ambientalista y excandidato presidencial independiente, está, al igual que otros nombrados por Trump, bajo una lluvia de cuestionamientos de cara a su futura confirmación en el Senado, en este caso por su historial negacionista hacia las vacunas y otros temas de salud.
La víspera Kennedy se reunió con los senadores republicanos Rick Scott de Florida, Ron Johnson de Wisconsin, Markwayne Mullin de Oklahoma y Tim Scott de Carolina del Sur, y se esperan más encuentros esta semana.
El exdemócrata rompió la tradición de su familia, una de las de mayor peso en la política de Estados Unidos, y se alió con Trump durante las elecciones de 2024.
En el pasado, Kennedy promovió la teoría desacreditada que vincula las vacunas con el autismo y podría presionar a la administración entrante para que se revoque la aprobación federal para la vacuna contra la polio.
Su apoyo al derecho al aborto podría amenazar el de los republicanos, y su oposición a cosas como los subsidios a las granjas porcinas para los aceites de semillas, entre otras, podría irritar a los senadores de los estados con una fuerte presencia agrícola, destacó la cadena ABC News.
El líder republicano saliente del Senado, Mitch McConnell, advirtió sobre los «esfuerzos para socavar la confianza pública en las curas probadas”, lo que consideró peligroso.
Durante su primera conferencia de prensa este lunes como presidente electo desestimó las preocupaciones de que Kennedy eliminaría la vacuna contra la polio, pero dijo que «no es una persona que defienda mucho la obligatoriedad».
El excandidato presidencial independiente recibió su recompensa cuando abandonó la carrera por la Casa Blanca y le dio su apoyo al entonces candidato republicano, quien le prometió que, de ganar, tendría un puesto en su administración.
Kennedy Jr., que no tiene títulos médicos, ha expresado abiertamente sus planes para «Hacer que Estados Unidos vuelva a ser saludable» y en ese empeño podría enfrentar la oposición del Partido Republicano.
Dijo que tomará medidas enérgicas contra los colorantes en la industria alimentaria y reducirá los pesticidas en la agricultura y la agroindustria; además, pidió restricciones a los alimentos ultraprocesados como parte de una iniciativa para abordar las altas tasas de enfermedades crónicas aquí.
También advirtió que es necesario realizar más investigaciones sobre las vacunas y para ello tendría que anular regulaciones establecidas por la Administración de Alimentos y Medicamentos o los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, lo que a su vez generaría nuevas normas.
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