Nos reunimos en momentos en que el mundo, y esta región en particular, son testigos de desafíos y crisis sin precedentes, afirmó el presidente egipcio, Abdel Fatah el-Sisi, al dar la bienvenida a sus pares de ocho países musulmanes en la cumbre del Grupo D-8.
Las guerras ocupan el primer plano, junto a los conflictos económicos, el proteccionismo y los dobles raseros, subrayó.
El mandatario señaló que “la evidencia más clara de ello es la guerra israelí contra el pueblo palestino, que desafía las leyes internacional y representa un peligro” para la zona.
En similar sentido se pronunció el presidente de Irán, Masoud Pezeshkian, quien denunció que la Franja de Gaza, el sur del Líbano y Siria fueron objeto en los últimos 14 meses “de ataques masivos por parte del régimen usurpador israelí”.
Por ello, es nuestro deber religioso, legal y humano evitar mayores daños a nuestros seres queridos mediante una mayor convergencia y la adopción de medidas prácticas precisas y urgentes, alertó.
Mientras el gobernante turco, Recep Tayyip Erdogan, estimó que las instituciones encargadas de garantizar la seguridad y la estabilidad globales no están cumpliendo con sus responsabilidades.
En medio de denuncias sobre presuntos planes expansionistas de Türkiye, el jefe de Estado defendió las acciones de Ankara en Siria al señalar que su Gobierno está tratando “de contribuir como vecinos y hermanos”.
La Organización de Cooperación Económica D-8 está formada por Egipto, Bangladesh, Indonesia, Irán, Malasia, Nigeria, Pakistán y Türkiye.
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