Fue un trato cruel en todos los sentidos de la palabra, porque los soldados intentaron despojar a las prisioneras de su dignidad y explotar su debilidad para forzarlas a confesar cargos que no cometieron, narró Kholoud Hanouneh, en una entrevista con la agencia de noticias Safa.
La fémina relató que fue detenida en el interior del hospital Bautista, frente a sus dos hijas y su hijo de 10 años.
“No hay estabilidad dentro de las prisiones. Pasar de un campo a otro es otra guerra. Tenemos que esperar lo peor cada vez que nos interrogan de una manera más horrible que la anterior”, apuntó.
Hanouneh denunció las torturas, abusos, golpizas y privación de los derechos más básicos en esas instalaciones, lo cual consideró parte de una guerra psicológica y física durante la cual los israelíes tratan de deshumanizar a las mujeres palestinas.
Las autoridades penitenciarias desnudan a muchas de ellas para registrarlas, les atan las manos durante horas, restringen sus movimientos y limitan la cantidad de alimentos, explicó.
“Pasé 60 días en los pasillos de investigación y cuarteles militares, sin saber por qué estuve tanto tiempo lejos de mi familia y de mis hijos”, resaltó.
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