Conocidos como “teléfonos tontos”, sin conexión a internet y que sólo sirven para realizar y recibir llamadas o enviar SMS, ingresaron al mercado español y sorprendentemente encontraron receptividad.
De acuerdo con una investigación en la que participó la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), uno de cada 10 españoles abandonó el smartphone para empezar a utilizar los “dumnphones”.
Silvia Martínez, profesora de los Estudios de Ciencias de la Información y de la Comunicación de la UOC, y directora del máster universitario de Social Media, apuntó que este móvil, es “un tipo de dispositivo básico, con un nombre relacionado con el concepto de teléfono tonto, para hacer una distinción clara con los smartphones”.
Pese a la dependencia actual de la sociedad de los smartphones, la hiperconectividad que ofrecen y, en cierto modo, fomentan, está empezando a abrir una brecha entre los usuarios.
En España, cerca del 50 por ciento de los usuarios de teléfonos inteligentes están conectados entre una y cuatro horas diarias a internet a través de sus móviles, según datos de Statista.
De hecho, algo más del cuatro por ciento pasa más de ocho horas diarias frente a la pantalla de su teléfono, aunque esta hiperconectividad no siempre se traduce en felicidad o productividad, señaló el estudio.
El profesor César Córcoles, de Estudios de Informática, Multimedia y Telecomunicación de la UOC, comentó que los dumbphones «se orientan en su marketing a personas mayores que no se han adaptado a los smartphones”.
Sin embargo, también podrían tener un atractivo entre padres preocupados, precisamente, por la adicción a las pantallas de sus hijos.
«Un segundo mercado surge ahora que se ha extendido un movimiento que quiere alejar a niños y preadolescentes de las pantallas, es el segmento de edad que va de los 12 a los 16 años, con padres que preferirían aplazar el uso del smartphone hasta los 16, pero que sí quieren que sus hijos tengan un teléfono móvil», precisó Córcoles.
En esta línea, el Gobierno de España, como respuesta al trabajo realizado por medio centenar de expertos durante casi un año, recomendó que los menores de 16 años carezcan de un teléfono inteligente y opten por un móvil que sirva simplemente para que sus progenitores o tutores legales puedan comunicarse con ellos.
Los especialistas aconsejaron, además que los dispositivos móviles que se vendan en España, incluyan un aviso sobre la peligrosidad que pueden presentar en términos de adicción a las pantallas por parte de niños y adolescentes.
A tono con las sugerencias de la Organización Mundial para la Salud (OMS), se pide la prohibición total en menores de un año y un uso de máximo una hora al día hasta los cinco años.
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