Según el equipo médico que lo atiende, el examen era parte del protocolo postoperatorio.
Ahora, con la alta médica, volverá a Brasilia, donde reanudará su agenda de trabajo. Los viajes internacionales, sin embargo, todavía tienen que esperar.
«El examen es mejor. Su estado general es bueno, y el equipo médico lo ha liberado para ir a Brasilia hoy. Debe ir más tarde», explicó ante la prensa el galeno Roberto Kalil Jr.
Detalló también que «el hematoma (en la cabeza) ya no existe» y se hizo solo «un control tomográfico después de una cirugía de este tamaño».
La única orientación en la recuperación es no hacer ejercicios físicos.
Pero, insistió Kalil Jr., «obviamente él va a tener las actividades normales, porque la parte de cognición es perfecta, puede trabajar. Básicamente, (la restricción) es ejercicio físico», agregó.
De acuerdo con la doctora Ana Germoglio, el mandatario debe pasar la Navidad y el Año Nuevo en Brasilia. Los exámenes se repetirán dentro de 10 días.
Lula fue dado de alta el domingo después de necesitar pasar por una cirugía para contener una hemorragia intracraneal.
Se le permitió volver a su casa en Sao Paulo para continuar recibiendo seguimiento clínico de cerca.
Para el staff de profesionales que lo acompaña, el exsindicalista no tendrá ningún tipo de secuelas físicas ni neurológicas.
El exdirigente obrero sintió dolor de cabeza e indisposición al final de la tarde del 9 de diciembre e ingresó en un hospital privado de Brasilia.
Tras exámenes de imágenes, se constató la necesidad de intervención quirúrgica y fue transferido al hospital Sirio-Libanés de Sao Paulo.
En este centro sanitario se sometió a una cirugía de emergencia, que se realizó sin complicaciones.
Pasó por dos intervenciones quirúrgicas, el día 10 y 12, además de un tercer procedimiento para retirar un drenaje de la cabeza.
Se espera que esta semana Lula retorne al Palacio de la Alvorada, residencia oficial de los presidentes en esta capital.
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