Este sector contribuye con el 25 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) y apoya a más del 50 por ciento de las familias en la nación caribeña a través de remesas, que cubren la educación, la vivienda y la alimentación.
Asimismo, financia indirectamente las importaciones del país, por lo que la diáspora es un motor para la economía, precisó el diario digital Haití Libre.
El Banco de la República de Haití (BRH) reportó semanas atrás que en 2023, estos envíos ascendieron a tres mil 280 millones de dólares estadounidenses, una ligera disminución de 129,8 millones (-3,8 por ciento) frente a los tres mil 410 millones del año anterior», precisó la entidad bancaria. El documento divulgado aquí explicó que tal situación es debido a una tímida reactivación de las actividades económicas en los principales países emisores de remesas.
Los depósitos en dólares en bancos comerciales aumentaron un 23,4 por ciento entre 2021 y 2023, lo que refuerza el vínculo entre la inestabilidad política y social con la desconfianza de los agentes económicos.
Puntualiza el BRH, que los depósitos convertibles en moneda extranjera entre 2021 y 2023 ascendieron aproximadamente a tres mil 600 millones de dólares.
Los que más aportaron en este apartado fueron los haitianos radicados en Chile y Brasil, comentó la entidad bancaria.
El informe llamó la atención sobre la dependencia de una parte considerable de la población de las remesas que los utiliza para comprar comida, pagar la renta de la vivienda, servicios de salud y los colegios de niños y adolescentes.
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