Los guardacostas tunecinos anunciaron en un comunicado que rescataron exánimes de las aguas 20 cadáveres y cinco supervivientes, pero se abstuvieron de aludir a la cantidad de personas que viajaban en la embarcación y por ende cuántas son reportadas como perdidas.
Todo apunta a que la catástrofe ocurrió poco después de que la nave zarpara de la ciudad de Sfax (sureste) famosa por haber sido base de operaciones de los piratas de la Berbería, devenida punto de partida en especial de súbditos de países al sur del Sahara que tratan de llegar a la isla italiana de Lampedusa.
En este caso ningún fenómeno atmosférico o condición de mar fue la causa de la tragedia, sino, como es frecuente, la fragilidad de la nave, por lo general sin condiciones marineras para llegar a buen puerto a pesar de la cercanía de su meta, apenas a 130 kilómetros de distancia.
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