Varios de estos factores los aborda esta semana el medio BBC Mundo del Reino Unido, con apuntes sobre el particular.
Indica el medio, y lo secundan otros expertos, no se acaban los problemas para los fabricantes de automóviles alemanes, considerados durante mucho tiempo como la joya de la corona de la economía del país. Volkswagen, Mercedes y BMW ven menguar sus beneficios y perder ventas en todo el mundo.
Mientras batallan por volver a su antiguo esplendor, muchos expertos afirman que la industria no supo adaptarse y sigue anclada en un viejo modelo industrial mecánico que ya no funciona.
Y es que la mayor parte del valor de los automóviles eléctricos modernos reside en el software y la batería, y no tanto en las piezas de ingeniería que dieron fama a los vehículos germanos.
Además, sus directivos tardaron en reconocer el cambio hacia los vehículos eléctricos y ahora tienen dificultades para competir con nuevos participantes como Tesla y los fabricantes chinos.
Sin ir muy lejos Volkswagen, que tiene en México hasta cinco sitios de producción, anunció en septiembre que estaba preparando un drástico plan de ahorro, con el objetivo de reducir en varios miles de millones de euros los costos en sus fábricas alemanas.
La empresa justifica la medida porque necesita reducir los costos para volver a ser competitiva, dijo en un comunicado. Pero la decisión viene marcada también por una caída del 64 por ciento en las ganancias del tercer trimestre de 2024.
Según los expertos, Volkswagen está sufriendo una desaceleración global en las ventas de automóviles por la competencia china, los modelos de baterías poco atractivos y costos laborales más altos que sus rivales.
La respuesta de los sindicatos fue inmediata y convocaron una huelga de aviso. Esto significa que si no se alcanza un acuerdo, los trabajadores irán aumentando el tiempo de los paros.
Hasta nueve plantas de automóviles y componentes de Volkswagen en Alemania iniciaron huelgas de dos horas, paralizando las líneas de ensamblaje. Con la crisis en Volkswagen también se ve afectado todo el entramado de las pequeñas y medianas empresas alemanas que abastecen al sector automotriz. Desde la que fabrica tuercas a la que hace los cristales de las ventanas, todas sufren si caen las ventas.
Es una combinación de problemas en todos los mercados principales. El mercado europeo está en declive a largo plazo y sus ventas son aproximadamente dos millones menos que antes de la pandemia de la Covid-19.
En el caso de VW, esto se traduce en 500 mil vehículos vendidos menos. En China, sin embargo, surgieron nuevos competidores en carros eléctricos y ahora tienen sus propios fabricantes de automóviles de gasolina. Además, a nivel mundial, está claro que el proteccionismo está en aumento.
Con varias fábricas afectadas por la huelga parcial, la crisis de Volkswagen es un ejemplo de las dificultades de la industria alemana, cuando llega en un momento particular, para la economía en sentido general de la nación germana.
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