Por Jorge Petinaud Martínez
Corresponsal jefe en Bolivia
“Soy cubana descendiente de españoles y vivo acá hace unos 15 años junto a mi hija Mabel Delgado, quien cumple labores profesionales en este país altiplánico”, confesó en entrevista concedida a Prensa Latina.
“Esta fecha para mí tiene especial significación, pues a mi avanzada edad no olvido aquel momento emocionante vivido hace 63 años, cuando nuestro líder histórico, Fidel Castro, declaró a Cuba territorio libre de analfabetismo el 22 de diciembre de 1961”, dijo a esta agencia de noticias.
Comentó que la alegría participar en aquella hazaña en plena adolescencia les impidió entonces comprender que se trataba de la primera proeza educativa y cultural de la Revolución en el poder desde el 1 de enero de 1959.
“A esta altura de mi vida, soy testigo de que Cuba formó más de un millón de profesionales con un sistema ininterrumpido de educación gratuita y de calidad, algo que ni siquiera soñé cuando alfabetizaba a campesinos en la Ciénaga de Zapata, en la occidental provincia de Matanzas, en 1961 ‘Año de la Educación’”, expresó.
Sostiene Domínguez que dio el paso al frente ante el llamado a integrar las Brigadas Conrado Benítez, en homenaje al joven maestro voluntario de 18 años asesinado por terroristas al servicio de Estados Unidos, el 5 de enero de 1961, en una zona intrincada del Escambray, en el centro del país, en los inicios de la Campaña Nacional de Alfabetización.
“Tuvimos una etapa preparatoria de varios meses en Varadero, y en junio de 1961 me designaron para la Ciénaga de Zapata, zona por donde ocurrió el fracasado desembarco de Playa Girón, (la 2506) financiada por Estados Unidos en abril de ese año.
“Me correspondió una localidad denominada El Sábalo, y allí alfabeticé a tres personas, llegamos con nuestro farol chino, pues entonces el campo cubano no estaba electrificado, la Cartilla y el Manual, y cumplimos esa tarea como muchos otros muchachos y muchachas», dijo.
Recordó que, tras concluir en diciembre de 1961, retornó a La Habana y fue testigo del discurso del comandante Fidel Castro en una gran concentración en la que estuvieron todos los que regresaron de los más remotos parajes del oriente, el centro y el occidente del país.
“Fue una experiencia especial porque, por primera vez, nos alejamos de nuestras casas para convivir con los campesinos en cuyas humildes casas ayudábamos, al igual que en sus labores agrícolas en el campo, y después impartíamos las clases», razonó.
Añadió que ella es oriunda de Caimito, en la actual provincia occidental de Artemisa, y junto con su hermana tuvo la comprensión de sus padres, fervientes revolucionarios, quienes comprendieron la importancia de que por encima de los prejuicios de imperantes entonces, las mujeres también contribuyeran a esa tarea orientada por Fidel Castro.
“De eso quedó constancia en una foto que nos tomamos juntas con el uniforme de alfabetizadoras», expresó.
Aquella primera acción liberadora sirvió de base para que hoy más del 53 por ciento del Parlamento cubano sean mujeres, y en términos de participación económica las féminas representen el 66,2 por ciento de la fuerza técnica empleada y el 60 por ciento del total de ocupados en la economía con nivel superior, aunque persistan problemas por resolver derivados del patriarcado histórico.
“Aquella acción liberadora nos abrió puertas a las mujeres y nos permitió sentirnos verdaderas personas en la sociedad, con plenitud de derechos, por encima de los prejuicios de género que imperaban entonces”,afirmó la orgullosa alfabetizadora.
“Tras concluir aquella misión, recibimos becas y seguimos estudios; unas nos hicimos técnicas y otras alcanzaron mayores niveles en la enseñanza superior, pero el punto de partida fue la participación como protagonistas en la Campaña Nacional de Alfabetización, por eso es tan importante este Día del Educador en Cuba”, concluyó Domínguez.
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