Según expresó en su plataforma Truth Social, durante su próximo mandato, a menos de un mes de comenzar, podría exigir que ese paso estratégico de la navegación mundial regrese a manos de Estados Unidos que lo controló hasta el 31 de diciembre de 1999.
Para el republicano la Marina y las empresas estadounidenses “han sido tratadas de una forma muy injusta e imprudente” y se les cobran tarifas “exorbitantes”.
Además, escribió que “si los principios, tanto morales como legales, de este magnánimo gesto de dar no son correspondidos, entonces procederemos con demandar que el Canal de Panamá nos sea devuelto, por completo y sin ninguna pregunta. A los funcionarios de Panamá, por favor, ¡sean guiados en consecuencia!”.
Trump afirmó que el paso interoceánico, construido por Estados Unidos a principios del siglo XX, es “vital” no solo para la economía sino también para la seguridad de su país, y criticó al expresidente James Carter por la forma en que cedió la administración, operación y mantenimiento de esa estratégica vía.
La aspiración panameña a la soberanía total sobre el canal fue asumida plenamente por el gobierno del general Omar Torrijos, por ello en 1973 consiguió una resolución favorable de la ONU para la recuperación de la zona del Canal.
Los Tratados Torrijos-Carter, firmados en esta capital el 7 de septiembre de 1977 por el entonces presidente demócrata y el general Torrijos, terminaron con el antiguo Tratado Hay-Bunau Varilla, que otorgaba a los Estados Unidos la concesión del canal a perpetuidad.
El líder panameño fue claro, lo que fue en su momento una conquista tecnológica de la humanidad, se convirtió para su país en conquista colonial.
Theodore Roosevelt, quien estuvo en la Casa Blanca en el periodo de construcción de esa obra presumió “…me tomé el Istmo, comencé el Canal y luego hice que el Congreso, en vez de objetar el Canal, me objetara a mí”.
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