La representación del organismo en Ginebra publicó este lunes un resumen sobre las alertas de varias instituciones, entre ellas, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Oficina de Coordinación de la Ayuda Humanitaria (OCHA).
Entre marzo y noviembre de 2024, 47 instalaciones para el tratamiento de diarrea y 234 unidades de rehidratación oral dejaron de trabajar debido a la carencia de recursos financieros y otras 56 lo harán antes de fin de año, lo que supone el cierre del 84 por ciento de los centros del país, indicó la fuente.
Según valoró, esta nación del Oriente Medio registra “una transmisión persistente de cólera durante muchos años, incluyendo el brote más grande registrado en la historia reciente, entre 2017 y 2020″.
Con una población de 34 millones de habitantes, Yemen reportó hasta el 1 de diciembre, unos 249 mil 900 casos sospechosos de cólera y 861 muertes asociadas desde el inicio del año, ejemplificó.
Esto representa el 35 por ciento de la carga mundial de cólera y el 18 por ciento de la mortalidad, según las cifras proporcionadas por la OMS.
“El brote de enfermedades transmitidas por el agua como el cólera y la diarrea acuosa aguda impone una carga adicional sobre un sistema de salud ya sobrepasado, que enfrenta múltiples brotes de enfermedades”, dijo el representante de la OMS y jefe de misión en Yemen, Arturo Pesigan, citado en la nota.
De acuerdo con el experto, el déficit de suministros de agua potable segura, las prácticas de higiene comunitaria deficientes y el acceso limitado a un tratamiento oportuno dificultan aún más los esfuerzos para prevenir y controlar la enfermedad.
Sin embargo, la respuesta al cólera en territorio yemenita enfrenta un déficit de financiamiento de 20 millones de dólares, señala la publicación de ONU en Ginebra.
En general, los recortes en el financiamiento obligaron a clausurar programas vitales, mientras el número total de personas necesitadas aumentó de 18,2 millones a 19,5 millones desde principios de año, advierten cifras de la OCHA.
La situación económica del país sigue en retroceso: el Banco Mundial prevé una contracción adicional del uno por ciento en el Producto Interno Bruto (PIB) en 2024, sumada al desplome del 54 por ciento en el PIB real per cápita desde 2015, explica la nota.
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