En la nota, publicada en el sitio oficial de la Presidencia de la República, el jefe de Estado señaló que “han pasado cuarenta años desde la víspera de Navidad de 1984, cuando una bomba destrozó los vagones del tren rápido 904, que atravesaba el gran túnel de los Apeninos”.
Ese hecho, cuya responsabilidad recayó en la mafia siciliana, conocida como Cosa Nostra, fue parte de una cadena de ataques criminales a trenes, como “estrategia de intimidación y desestabilización que la mafia replicaría contra la República también en la década siguiente”, aseveró Mattarella.
Los explosivos fueron colocados en la estación Santa María de Florencia, en un portaequipajes del noveno vagón de segunda clase del tren rápido 904, procedente de Nápoles y con destino a Milán.
A las 19.08 horas del 23 de diciembre de 1984 la carga explosiva fue detonada por radio en la zona de Vernio, en el interior del túnel de los Grandes Apeninos, una “masacre aterradora”, según la calificó el presidente italiano en su mensaje, que además de causar la muerte a 16 personas, incluidos tres niños, ocasionó heridas a 267.
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