“No es consistente con el análisis de cifras fiscales que emplean los países y organismos internacionales”, destacó la cartera boliviana.
Al respecto, advirtió en un comunicado al que tuvo acceso Prensa Latina que resulta imprescindible realizar algunas precisiones conceptuales y metodológicas para evitar interpretaciones “inexactas”.
Según Jubileo, «el país acumuló un déficit fiscal de 185 mil millones de bolivianos entre los años 2006 y 2022, equivalente al 60 por ciento del producto interno bruto (PIB)».
Esta aseveración, sin embargo, no es consistente con el análisis de cifras fiscales que emplean los países y organismos internacionales, según Economía y Finanzas.
Aclaró el MEFP que el déficit fiscal y el PIB son variables de flujo que corresponden a períodos específicos, pues el primero mide la diferencia entre ingresos y gastos en un período determinado que puede ser mensual o anual, y el PIB representa el valor total de bienes y servicios producidos en un año.
Indicó que acumular déficits de varios años y expresarlos como un porcentaje del PIB de un único año «genera interpretaciones distorsionadas».
Enfatizó en que, si se analiza el balance fiscal global como porcentaje del PIB entre 2006 y 2023 (excluyendo 2020, período del gobierno de facto de Jeanine Áñez), el promedio anual es -3,5 puntos porcentuales.
Aclaró que, durante 14 de los 17 años evaluados, se registraron superávits corrientes; los déficits globales se explican principalmente por la inversión pública.
Entre los factores que explican los tres años con déficits corrientes (2021-2023), figuran la disminución de ingresos hidrocarburíferos por el desgaste de campos.
Se sumaron a ello los gastos para gestionar la emergencia sanitaria provocada por la Covid -19, que contribuyó de manera decisiva a reducir la propagación y letalidad de la pandemia, así como la reconstrucción de la economía luego de la deficiente gestión del Gobierno de facto de Añez .
También es necesario tener en cuenta las subvenciones a combustibles y alimentos en un contexto de altos precios internacionales y menor producción hidrocarburífera.
Estos factores desempeñan un papel estratégico en la protección de los sectores más vulnerables en un contexto global signado por la crisis energética y la alta volatilidad de los mercados.
Al referirse a la inversión pública, el MEFP sostiene que este es el principal factor que explica los déficits fiscales globales, debido a que se destinaron importantes recursos a este propósito. En la actualidad, Bolivia construye e implementa 170 platas industriales para la transformación estructural de la economía nacional.
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