La política exterior de un país sensato es hacer amigos y el presidente de Rusia es nuestro socio honesto con quien deberíamos desarrollar relaciones, afirmó Orban.
No obstante, Orban admitió, que mantener el equilibrio en las relaciones con muchos países no es fácil.
Hacer girar platos al mismo tiempo para que ninguno de ellos caiga y sus conflictos entre sí no dañen su relación con nosotros es difícil, pero no imposible, y la razón por la que necesitamos reunir amigos es para que todos los húngaros puedan obtener beneficios tangibles, indicó.
En otro momento de su entrevista, Orban señaló que Hungría ha sobrevivido a tres años de guerra en su país vecino.
Intentamos aislarlos en el momento oportuno e incluso cambiar ligeramente la situación militar a nuestro favor, pero nadie en Europa lo logró. Durante la guerra, todos sufrieron, todas las economías sufrieron, indicó el líder magiar.
Según él, el gran logro es que Hungría no retrocedió y no está en tal situación, especialmente en términos de competitividad, como la mayoría de las economías europeas.
Igualmente, el primer ministro húngaro expresó que la guerra en Ucrania terminará en 2025, y con un acuerdo de paz o con la destrucción de una de las partes en conflicto.
Recordó que Estados Unidos y Europa gastaron alrededor de 300 mil millones de euros en la guerra en Ucrania.
Con este dinero podríamos haber logrado un rápido aumento del nivel de vida en toda la comunidad, elevado a todos los Balcanes al nivel de desarrollo europeo, frenado la migración y construido un sistema de defensa regional completamente nuevo, pero se desperdició el dinero, enfatizó Orban.
En su opinión, las acciones militares en Ucrania solo provocaron muerte y destrucción.
Millones de personas han huido de Ucrania, cuyas infraestructuras, sistemas de transporte y energía han sido destruidos, y el país no podrá mantenerse económicamente en el futuro previsible, sostuvo el mandatario húngaro.
Anteriormente, el gobierno de Hungría declaró repetidamente que el conflicto ucraniano no puede resolverse en el campo de batalla, sino en la mesa de negociaciones.
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