Las condiciones para un pacto de no censura siguen ausentes, advirtió a la cadena BFM TV el líder de los socialistas, Olivier Faure, a propósito de los 35 ministros y ministros delegados dados a conocer la víspera, 10 días después de que el presidente Emmanuel Macron designara a Bayrou al frente de Matignon.
De acuerdo con Faure, el gabinete vuelve a depender del partido de extrema derecha Agrupación Nacional (RN), una suerte de árbitro, cuya decisión de apoyar o no una moción de censura definirá la suerte del centrista Bayrou, un aliado de Macron.
La principal figura de los socialistas también rechazó la continuidad de las políticas llamadas por la oposición «macronistas» y la falta de compromiso del primer ministro con la no utilización del artículo 49.3 de la Constitución, que permite adoptar normas sin el voto parlamentario, cuyo empleo precipitó la caída de Barnier a inicios de mes.
También La Francia Insumisa (LFI), los ecologistas y los comunistas fustigaron al nuevo gobierno, que mantiene a más de la mitad de los integrantes del previo, el cual apenas duró dos meses.
Para la jefa de bancada de los insumisos en la Asamblea Nacional, Mathilde Panot, se trata de un gabinete de personas derrotadas en las urnas y responsables de «undir al país».
Por su parte, la líder de RN, Marine Le Pen, tildó al gobierno de carente de legitimidad, aunque sin esgrimir la amenaza de la censura.
Tendrá que cambiar de método y escuchar a la oposición en la elaboración del Presupuesto, manifestó.
Entre los ministros que mantuvieron el puesto están el canciller Jean-Noël Barrot, del Interior Bruno Retailleau, el de Defensa Sébastien Lecornu y la de Cultura Rachida Dati.
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