En la comunicación el FSB se precisa que los detenidos, residentes en la región de Moscú y en la zona de los Urales, vigilaron el auto de su futura víctima, fabricaron un artefacto explosivo a partir de componentes que sacaron de un escondite y lo colocaron bajo el vehículo.
Según el FSB, los servicios secretos de Ucrania coordinaban las operaciones de esa célula a través de aplicaciones de mensajería instantánea.
Se inició una investigación por indicios de delitos tipificados en los artículos 30.3 y 205.2.a del Código Penal de Rusia (conspiración para cometer un ataque terrorista).
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