En toda Cuba durante este último año, y en homenaje a la efeméride, se ha recordado en numerosas actividades a Carpentier (1904-1980), segundo escritor en recibir el importante Premio Miguel de Cervantes, otorgado en 1977.
Este prestigioso lauro es considerado el máximo reconocimiento a la labor creadora de escritores españoles e hispanoamericanos cuya obra haya contribuido a enriquecer de forma notable el patrimonio literario en lengua española.
Según artículos sobre la vida y obra de este literato, su nacimiento es tema de polémica, aunque él siempre aclaró que sucedió en la calle Maloja, en La Habana.
Tras su muerte, se empezó a documentar una distinta biografía que situó el nacimiento del destacado intelectual en Lausana, Suiza, el 26 de diciembre de 1904, hijo del arquitecto francés Georges Julien Carpentier y de la profesora rusa de piano Catherine Balmont o Blagoobrasoff, que había sido estudiante de Medicina en Lausana donde conoció a su esposo.
La historia recoge que Carpentier cultivó con éxito, además de la narrativa -considerado el culminador de la madurez narrativa insular del siglo XX-, la crítica periodística cultural y el ensayo.
Se destacó también como teórico del mundo latinoamericano y caribeño, musicólogo y gestor de proyectos editoriales, plásticos y musicales. Carpentier aportó brillo a las letras hispanoamericanas con sus obras barrocas El siglo de las luces y El reino de este mundo, entre otras.
Se le reconoce una notable influencia en el desarrollo de la literatura latinoamericana, en particular a través de su estilo de escritura, que incorpora todas las dimensiones de la imaginación —sueños, mitos, magia y religión— en su idea de la realidad.
También es considerado en el mundo literario como el primer representante del llamado «Realismo mágico».
Entre sus novelas también se citan ¡Ecue-Yamba-O! (Madrid, 1934), Los pasos perdidos (México, 1953), El acoso (1956), Concierto Barroco (México, 1974), El recurso del método (México, 1974) y La consagración de la primavera (México, 1978).
Reseñas destacan que la amplia trayectoria política, literaria, musical, docente y cinematográfica de Carpentier, desde su ingreso al denominado Grupo Minorista (1923-1927) hasta el triunfo de la Revolución Cubana, sería imposible resumirla en cortas líneas.
También fueron significativas y abarcadoras sus estancias creadoras en Francia, México, Sudamérica y El Caribe.
En Cuba, la Fundación Alejo Carpentier resguarda el legado del excelso periodista, escritor, cronista y novelista, en tanto promueve y difunde el pensamiento de este intelectual cubano de talla universal del cual celebramos hoy su 120 aniversario.
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